
El trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine
Así se enuncia la llamada Ley de Parkinson que coge su nombre de Cyril Northcote Parkinson, quien la enunció por primera vez en 1957 en el libro del mismo nombre como resultado de su experiencia en el Servicio Civil Británico (British Civil Service). Cyril observó que a medida que el Imperio Británico declinaba en importancia, el número de empleados en la Oficina Colonial (Colonial Office) aumentaba. También se dio cuenta de que el total de empleados dentro de una burocracia aumenta en un 5-7 por ciento por año "independientemente de las variaciones en la cantidad de trabajo (si las hay) que debe hacerse".
Observemos ahora nosotros como se cumple esta ley a nuestro alrededor:
- Es increíble cómo aumenta nuestra velocidad de trabajo cuando tenemos tareas urgentes pendientes y debido a cuestiones personales nos tenemos que ausentar del trabajo. Milagrosamente logramos terminar esas tareas a tiempo
- También suele ocurrir que el grado de monstruosidad de un trabajo es proporcional a la cantidad de tiempo que nos den para llevarlo a cabo
- En el desarrollo de aplicaciones software en las que se dispone de muchos recursos hardware (mucha memoria, mucho procesador, etc...) se tiende a consumir todos los recursos disponibles sin que los desarrolladores se preocupen del rendimiento de la aplicación. ¿No recuerda esto a Windows Vista?
- Las transferencias de competencias a las autonomías en España han provocado, entre otras muchos esperpentos, el aumento desproporcionado del funcionariado y de los recursos para realizar el mismo trabajo que antes realizaba la administración central (personalmente no he notado ninguna mejora en la calidad del servicio que ofrece mi comunidad autónoma en las competencias transferidas)
- Limita tus tareas a las más importantes, para trabajar menos tiempo (80/20)
- Acorta el tiempo de trabajo para limitar tus tareas a las más importantes (Parkinson)